lunes, 8 de enero de 2018

GENTE DE LETRAS 2017

A modo de introducción
   María Inés Ure  (1912-2008) fue socia y vicepresidente de Gente de Letras. Publicó varios poemarios, y obras de cuentos y ensayos. Fue Faja de honor de la SADE . Recibió el segundo premio en el certamen nacional de haiku  organizado por la embajada de Japón. Dejó   inédito y organizado  Voz entre los pinos. Sus hijos Jorge y Carlos Ure y su sobrina Angélica García Laredo (otra hija para ella) lo editaron póstumo en el 2016.

ENCUENTRO DE GENTE DE LETRAS 2017
ENSAYO: TRANSPARENCIA Y HONDURA EN LA LÍRICA DE MARÍA INÉS URE  por     CECILIA GLANZMANN

 El propósito de este ensayo es celebrar la poesía de María Inés Ure, entrelazando en parte vida y obra poética, con referencia a varios de sus libros y con un centrarse en su poemario  póstumo Voz entre los pinos (2016).  Se analizará a través de las temáticas de lo temporal y lo espacial, de los sentimientos, de lo metafísico, del silencio, cómo conjuga la levedad, lo fragmentario del instante, con lo insondable. Cómo logra con un estilo austero y bello, con libertad gráfica, expresar la plenitud de la vida, con armonía y  con prospección hacia la esperanza.

 Su vivencia general en su obra.
En principio, es importante ir   a aspectos de su personalidad:  su delicada distinción, sus valores y riqueza espiritual, con esa conciencia del ser que, estando en este mundo humano, sabe vivenciar    los hilos del telar del alma con la misión aquí. En sus poemas anteriores, como en estos de Voz entre los pinos, se advierte su mirada   honda, capaz de ser suave como el vuelo de un ave, a la vez que fugaz y eterna , aguda, certera, plena de armonía y de búsquedas y encuentros   para decir, en poemas breves y connotadores,  sobre lo esencial de la existencia.
 Hay poemas de varios libros de  María Inés Ure en  “Poesía Argentina Contemporánea”, Tomo I, parte Décimosexta, de la Fundación Argentina para la Poesía .Tomaremos lo que dicen algunos críticos.  Antonio Requeni en Últimas notas ve “La hondura, el lirismo, el temblor insoslayable de su entrega poética”. Alfredo Veiravé, sobre Oscuridad y espacio  habla de los “hilos sutiles” de su poesía que “es la constante revelación del instante fragmentario y el reflejo de condensaciones irisadas por un sentimiento de lo intemporal”. Edna Pozzi sobre Pájaro de agudas alas (1993 observa la rigurosa vigilancia sobre la palabra que, sin embargo, la conduce a esa línea que trasunta serenidad y belleza, a una inmensa respiración, a claridades, hallazgos, plenitud de vida.  Ana Emilia Lahite  sobre Comuniones de tierra y de ceniza también ve esto y subraya la irradiación de unidad ética y estética en sus diez libros de poemas. Nélida Salvador, sobre Quasar ente las sombras habla de su testimonio lírico de  una total identificación con la soledad y el vacío. Y sobre el  apresamiento que hace María Inés de esa fugacidad de escuetas palabras que condenan profundas resonancias afectivas. León Benarós, sobre Ecuaciones, advierte lo metafísico, como también su libertad gráfica y su severo despojamiento, que da una poesía de severa belleza. Raúl Felipe Oteriño, actual miembro de la Academia Argentina de Letras, al igual que Antonio Requeni, le escribió en una carta a la autora sobre “el silencio que existe dentro de la palabra silencio en su obra”.
  En lo que señalan  estos reconocidos escritores y críticos se evidencia una red semántica iluminadora que cruza y se entrecruza  en toda su obra, incluso en la póstuma.
En Voz entre los pinos la palabra de María Inés Ure suena viva, en un racconto sereno sobre lo vivido, sobre la existencia. Desgrana, con su estilo aparentemente inasible y austero, ese conjugar la levedad y lo insondable.
 La temática del tiempo en casi todos, habla del silencio, de la soledad, de la mística del tiempo en su modelar, de angelar sueños, de convocar a la nieve que espera.  Unas pinceladas:” Cronos modela al hombre “en “Cronos” (13), “El salario del tiempo” en “Calendario” (15), “Acelera su ritmo /La clepsidra /Para alcanzar el silencio” , en “Relojes”(17 ) ,” Los minutos huyeron /Callaron las campanas “en “Del taller del relojero” (19). “En el antiguo espejo/ leí mi biografía” en “Continuum (23), “¿En qué desván confuso/ se perdieron / momentos que olvidamos?” en “De memorias y olvidos ”(33) Y  habla de las cuatro estaciones en “Fidelidad a la vida”(21). Vemos el tiempo unido en varios  al “sueño”.” Geisers del Tatio-/Alegres, cantarinas/ llegan desde el abismo/ con el amanecer/¿te acuerdas?/ ¿las vivimos, en la verdad o en el sueño? “en “Jornada” (39).
Los sentimientos
Están los sentimientos que  desnudan con ese toque de cruces para lo conceptual reflexivo. En “Tristeza”
“Invierno
 en un campo de amapolas” (23”).

En “Aproximaciones” ,  que dedica a Moniquita, están los sentimientos que se despliegan  directos, transparentes, hacia personas amadas :

“La rosa imprimió
 su sello
 en el hueco
 de tu dolor”… (63),

En “El libro de los nietos” fluye la ternura y la felicidad por encima de las durezas de la vida:
“Blancos
 tan blancos
 como corales blancos
 llegaron a la vida.
 Venían de la rosa.
 El cántaro se agrieta
 sonrisas infantiles
 lo restauran.
 Y saltan, saltan
 espumas de felicidad
 sobre la roca.” (65)

Y el amor a los hijos, a la familia, unido a la conciencia del volar de cada uno ,  de la nostalgia, con manifiesta gratitud , en “Máscaras” :

“Las máscaras de un tiempo
 ya cumplido
 devoran las paredes de la casa.
 hay mañanas
 hay soles
 hay ausencias
 y un venturoso olvido
 un reflejo divino
 las bodas con la vida
 los retoños
                mi gratitud.
 la esperanzada espera
 la añoranza.  (45)
                        
Lo reflexivo existencial
Cuestiona al ser humano de todas las eras en “Tan desvalido el hombre” :
 “Ustedes,
  eternos peregrinos
  que gastaron su tiempo
  en largas migraciones
  y tejieron la trama
  con las sedosas hebras
  del ensueño.
  Ustedes,
  oscuros planetarios
  habitaron extraños universos
  junto a las flores secas
  del exilio.”(73)

En este poema, hay que detenerse, pues está sintetizando la historia de la humanidad no solo en este planeta  De una humanidad a  la que María Inés no  se siente pertenecer. Es la otra que ella intuye, o de la que ella sabe.
La Naturaleza
Hay textos sobre la Naturaleza, a la que se sentía hermanada, como en “Lobos marinos” (43), “Una ballena en Mar del Plata”(41).
Proyección hacia la esperanza
Hay apuesta a la esperanza.  En “Poesía”:  
“Sobre el espacio
 herido o luminoso
 el trino pertinaz
 de la alondra” (49)

Concluye casi su libro con el que le da título: “Voz entre los pinos” (penúltimo poema) que dice de la necesidad de detenerse .
“Remontar la cuesta
 tropezar en los escalones
 y detener la marcha
 para mirarse
 y mirar la vida.” (79)
Es su despedida, con serenidad maravillosa y ejemplar.

Conclusiones
La celebración de su lírica  no solo quiso hablar de sus rasgos de contenido y lírica, sino  que, con poemas o citas de ellos,  escuchar a María Inés Ure. En parte, de su obra poética en general , y en especial de Voz entre los pinos (póstuma) en la que se advierte una madura esencialidad ,que deja abierta la puerta al misterio precioso de la aventura interior del ser.  Sus versos tienen la levedad del pájaro en vuelo y la claridad de la existencia en ese racconto del que habláramos. María Inés Ure, con su voz poética y su alma-ángel, nos transmite aire fresco, ese de su conciencia de los ciclos o rueda de las vidas o de la vida.

NOTA

Para las citas de las obras de María Inés Ure se ha tenido en cuenta : Ure, María Inés, Voz entre los pinos, Buenos Aires, La Imprenta Digital S.R.L., 2016, Impreso. Y Fundación Argentina para la Poesía, Poesía argentina contemporánea, parte decimosexta, 1ª ed, Buenos Aires, 2007.

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Cecilia